Córdoba, Ver.- Los desechos sólidos resultan un negocio jugoso, de ahí que en los últimos años en Córdoba hayan abierto varios centros de reciclaje, la mayoría de forma irregular, sin que haya autoridad que se encargue de meterlos en orden.
Al ser un gran negocio, todos quieren entrarle al juego, como en Córdoba, donde esta administración municipal ya tiene el proyecto de instalar una planta recicladora de basura, desafortunadamente se dejan entrever intereses particulares para favorecer a los amigos al existir el rumor que ese proyecto se pretende entregar a Antonio Domínguez, ex síndico municipal, y esposo de la secretaria particular del alcalde, María de los Ángeles Sahagún.
Y es que en su momento el alcalde Tomás Ríos Bernal dijo que al instalar la planta recicladora el Ayuntamiento se ahorrará mensualmente $500 mil, que es lo que cuesta el traslado de la basura al tiradero de Cuitláhuac.
No obstante, tal parece que a su manera todos se quieren llevar parte del pastel que dejan los desechos sólidos, por un lado están los dueños de los centros de acopio, por otro los pepenadores y del otro lado las autoridades municipales, quienes al ser la primera instancia gubernamental deben intervenir porque son “empresas” y por ende negocios, en tanto las sanciones y vigilancia compete a la Procuraduría del Medio Ambiente. Seguramente este tipo de problema ocurre en todo el país.
Pero también se requiere la intervención de otras dependencias como el Sistema de Administración Tributaria (SAT) porque los centros de reciclaje son negocios y obtienen ingresos, además de que dan empleo y necesitan contar con seguridad social, de ahí que también se requiere que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) supervise si las personas que trabajan en este tipo de lugares están asegurados, porque además de que es un derecho, en cualquier lugar hay riesgos de trabajo.
Recientemente el SAT dio a conocer que los dueños de los centros de reciclaje de basura tendrán que pagar impuestos por la entrada en vigor de las reformas al Código Fiscal de la Federación.
En Córdoba diariamente se recolectan 200 toneladas de basura, de ellas el 50% es reciclable y es la que rescatan los pepenadores, aunque por ser un trabajo que no está regulado, no hay cifra oficial de las personas que se dedican a recolectar basura en las calles, aunque la Dirección de Servicios Municipales estimó unos 60, pero en la anterior comuna municipal el entonces director de Limpia Pública, Ezequiel Reyes, algunas veces comentó que eran unos 500.
Sólo basta ver cada día a los pepenadores recorrer las calles del centro de la ciudad ya sea por las noches, cuando los comercios sacan su basura y ellos están ahí para llevársela, y por las mañanas en las colonias, cientos recorren los diferentes puntos para recolectar y ganarle a los carros de Limpia Pública, porque con ellos también enfrentan competencia.
ES TRABAJO INFORMAL
Al menos en Córdoba, ni la Dirección de Servicios Municipales, la Dirección de Desarrollo Económico y la Dirección de Comercio tienen el registro de los centros de reciclaje de basura que funcionan, a pesar de que son negocios y dan empleos.
Entre los dueños de este tipo de negocios se habla que en Córdoba hay más de 10 centros de reciclaje de desechos sólidos, ubicados en diferentes lugares.
Edgar Sánchez Sánchez, director de Servicios Municipales, dijo desconocer el número de centros de reciclaje que funcionan en Córdoba, porque no le compete.
Para el Ayuntamiento el trabajo que hacen los pepenadores es informal, por eso no se tiene registro, aunque estimó la existencia de unos 60.
Por ser un trabajo informal, no está permitido por la ley, por eso no los pueden regular, mientras no se modifique el Reglamento Municipal de Limpia Pública esta actividad no es licita.
La Coordinación de Protección contra Riesgos Sanitarios tiene registrados cinco centros de reciclaje, de ellos tres en Córdoba y dos en Cuitláhuac, sin embargo, el número es mayor porque las personas abren sin cumplir con los requisitos ante las autoridades correspondientes.
Catalina Onofre, coordinadora de Protección contra Riesgos Sanitarios, dijo que se tienen registrados cinco centros de reciclaje de basura, a esta dependencia sólo les corresponde verificarlos para que cumplan con la norma sanitaria, porque cuando acuden a la oficina ya llegan con los permisos correspondientes.
La Coordinación que dirige sólo se encarga de otorgarles el aviso de funcionamiento, requisito establecido en la Ley General de Salud.
ES BUEN NEGOCIO EL RECICLADO DE BASURA
José Alfredo Medina Méndez, es encargado centro de acopio ubicado en el barrio de La Estación, en promedio semanal recibe hasta 40 toneladas de desechos industriales, así que cuando mucho cada tercer día se tiene que enviar la basura a las respectivas recicladoras para dar movimiento al negocio.
Aquí trabajan en promedio 10 personas, pero no firmar contrato, ni les dan las prestaciones de ley, pero al menos un salario seguro tienen el tiempo que quieran laborar.
Este negocio tiene más de 20 años funcionando, y reciben desperdicios industriales como: cartón, fierro, metales, botellas de plástico y bolsa de nylon, mientras las personas llevan más basura más dinero recibirá.
Aquí también llegan a venderles desechos industriales los trabajadores de Limpia Pública, ya son clientes y resulta bueno para los trabajadores porque se ganan un extra, por viaje se llevan de $500 a $600, aunque lo reparten generalmente entre cuatro.
Pero también llegan a diario unos 30 pepenadores, lo que más llevan a vender es el cartón y plástico, porque es lo que vale más.
Hay clientes que llegan de diferentes partes no sólo de Córdoba sino de otros municipios, aunque cuando vienen de lejos generalmente es por semana para ganar cuando menos $500 por el viaje.
HASTA LA BASURA TIENE DIFERENTES PRECIOS
En este momento lo que más vale es el cobre, sin embargo, lo que más lleva la gente es cartón y plástico por ser más fácil recolectarlo.
El desperdicio industrial por kilogramo cuesta: el cobre $60, bronce $40, aluminio $14, botella de plástico $4, fierro $3, cartón 90 centavos y vidrio 30 centavos.
La basura y el cartón lo llevan a una recicladora en el puerto de Veracruz, el fierro a Talleres y Aceros en Ixtaczoquitlán, y el plástico a otra recicladora al Distrito Federal, ejemplificó.
Al cuestionarle sobre los precios que a ellos les pagan por la basura, contestó que es información confidencial, pero reconoció que está bien pagada.
A pesar de la competencia que hay, el reciclado de basura es buen negocio, sólo hay que administrarlo bien, ejemplo de ello es que este centro de acopio ya tiene más de 20 años funcionando y de ese trabajo una familia puede vivir cómodamente.
En su caso él concluyó sus estudios de Dirección y Gestión en la Universidad Veracruzana y entró de lleno a trabajar al centro de reciclaje.
En cuanto a las condiciones sanitarias, comentó que cada mes fumigan para matar la fauna nociva como ratas, cucarachas y otros animales rastreros.
POR NECESIDAD DOÑA ELVIRA RECOLECTA BASURA
A sus 69 años, doña Elvira Vargas Hernández es una de las pepenadoras de basura en Córdoba, por unos cuantos pesos recorre colonias aledañas al barrio de La Estación, para juntar basura reciclable que vende y con el dinero que le pagan al menos saca para comer.
De aspecto humilde, pero con un carácter jacarandoso, contó que hace poco se dedica a la recolección de basura porque de algo tiene que vivir y no quiere ser una carga para sus hijos, porque ya es viuda.
Su único compañero es su “diablito” que todos los días la acompaña de 7:00 a 10:00 horas para recorrer las colonias aledañas al lugar donde vive y ganarle al carro de Limpia Pública para que no se lleve su preciada mercancía.
Su trabajo comienza a las 7 de la mañana, recolecta botellas de vidrio, latas, botellas de plástico, cartón y aluminio, pero también hay gente que la conoce y le lleva a su casa la basura reciclable, y cuando considera que ya es suficiente, lo lleva al centro de acopio para venderlo.
Lo más que le han pagado son $45, contra los $12 que le dan cuando es poca basura, pero al menos ya saca para comprar un kilo de tortilla y unos huevos, “de mis manos me siento orgullosa porque son trabajadoras”.
Sólo estudió hasta 4º grado de primaria y por sus 70 años nadie la emplea, por eso tiene que buscar la forma de ganarse unos pesos, al menos para comer.
Con seguridad expresó que no se avergüenza de su trabajo, se siente orgullosa porque a pesar de su edad se siente bien, contenta y sobre todo feliz, porque tiene la dicha de ganar su dinero, aunque sea muy poco y a nadie le pide nada.
Pero la historia de doña Elvira es diferente a la de la familia Morán Castro, porque los cinco integrantes saben su misión: recolectar la basura reciclable para juntarla y cada semana llevarla al centro de acopio, donde llegan a recibir hasta $400, la que les sirve al menos para resolver sus necesidades apremiantes.
ACOSAN FUNCIONARIOS DE LIMPIA PÚBLICA A PEPENADORES
A decir de pepenadores, al ser entrevistados, aseguraron que por trabajar de forma informal, son molestados por empleados del área de la Dirección de Limpia Pública, quienes les quitan su basura, por ello cuando los ven los tienen que evadir como pueden. Esto ocurre por las noches.
Cuando alguien se opone a que les quiten su mercancía, les va peor porque les quitan su diablito y para que se les devuelvan tienen que pagar de $300 a $500 y no les dan ningún recibo.
Es más, ya les advirtieron que cuando funcione la recicladora en Córdoba, ya no podrán trabajar, por lo que están temerosos porque les quitarán sus fuentes de ingreso.
PEPENADORES, GENERADORES DEL DESORDEN
Algunos pepenadores aseguran que en la anterior comuna municipal, cuando era alcalde Francisco Portilla Bonilla, los anotaron y les dieron un gafete, de cierta manera era como un censo, aunque el trabajo no estuviera regulado.
A unos 25 pepenadores se les dio el gafete, la mayoría no quiso ir para no estar controlados por el Ayuntamiento y trabajar de forma libre.
Los que recibieron el gafete se comprometieron a trabajar de forma ordenada, no crear conflictos y no dejar basura tirada en las calles. Si abren las bolsas deberán cerrarlas para que no se salga el desecho. El problema es que nadie respeta esa indicación.
Incluso, los mismos trabajadores de Limpia Pública cuando pasan con el carro recolector ni se esfuerzan por recoger la basura que no está en bolsas, pero en Todos Santos piden su “calavera” y en Navidad su “aguinaldo”.